Por Cesar Oviol
Viendo las noticias y los últimos acontecimientos en las calles de Washington, New York, Londres, Sídney, Madrid, Roma, Tel Avív y Atenas, entro en una profunda frustración al palpar como este mundo injusto trata hoy a los indignados habitantes de estas grandes ciudades y me pregunto: ¿cuándo la ONU y la OTAN se apiadara de ellos y atenderá el llamado a gritos que hacen desde las plazas emblemáticas de estas grandes metrópolis?
Lo digo porque estos organismos multinacionales privilegian en su acción a los países pobres y en desarrollo. Recordemos que los habitantes de El Cairo(Egipto) se manifestaron de la misma forma contra su gobernante al cual acusaban de violar sus Derechos Humanos y encontraron eco de una forma consecuente y rápida en la “Comunidad Internacional”, luego siguieron los ciudadanos de una localidad en Bengasi (Libia) y también fueron atendidos, esta vez se activaron “Bombardeos Humanitarios” que permitieron acabar con todo el país en menos de 120 días, más reciente, los medios de comunicación nos intentan convencer que el régimen de Siria e Irán merecen el mismo destino y vemos como los diferentes organismos hacen “Coro” para justificar la salida de ambos mandatarios, pero aun nadie se pronuncia, ni la OTAN, ni la ONU, ni el Consejo de Seguridad por la violación de los Derechos Humanos que hoy viven los ciudadanos, que nada más y nada menos, habitan las principales ciudades de los países más poderosos.
Estos pueblos están al desamparo y se vuelcan sobre ellos las más crudas técnicas de represión y las más brutales de las agresiones de los cuerpos policiales, además también son víctimas del silencio de las grandes cadenas de comunicación al minimizar sus protestas y reclamos, además son ocultadas las atroces violaciones a las que son sometidos en los desalojos de las plazas que han ocupado para manifestar sus protestas pacíficas en contra del sistema y solo cuentan con las redes sociales y medios alternativos para difundir sus ideas.
No habrá quien los escuche, tal como ocurrió en Libia, Iraq, Afganistán y como pretenden hacer en Siria e Irán, estos ciudadanos no podrán contar con ayuda externa, no habrá bombardeos, ni presiones de organismos internacionales que le permitan salir de sus gobiernos represores de Derechos Humanos, lo que deja al descubierto el doble racero de la arquitectura política global.
Los hechos están obligando a refundar la humanidad y a construir nuevos valores de convivencia ciudadana y entre las naciones. Modestamente quienes desde Venezuela estamos construyendo un modelo distinto de desarrollo en la teoría y la práctica, debemos estar orgullosos de lo que hacemos y cada día ser más celoso y esforzarnos en el estudio de lo que ocurre globalmente para darnos cuenta que con la Revolución Bolivariana se erige una nueva praxis social, el socialismo nuevo.
La solidaridad, la justicia, la paz, la democracia son valores del nuevo socialismo, que jamás podrán ser alcanzados por el sistema hasta hoy imperante y en franca decadencia. No dejemos a nuestros hermanos del mundo en el desamparo, construyamos redes de solidaridad con los pueblos oprimidos, y avancemos es el momento.
Twitter: @cesaroviol
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